sábado, 12 de noviembre de 2011

Estudio sobre F. W. Murnau (II. Nosferatu)

Murnau había decidido adaptar la novela Drácula sin pagar los pertinentes derechos a la viuda de Bram Stroker, quien denunció en los tribunales de Londres a los responsables del filme, la compañía Prana Films. De poco le sirvió a Murnau cambiar el nombre de los personajes y algunas localizaciones. Esta claro que el conde Orlok era Drácula, que Thomas Hutter era el Jonathan Harker strokeriano y muchos de sus argumentos eran extraídos del argumento de la novela y utilizados en la película. El juez inglés dictó sentencia en 1925 y exigió el negativo y que las copias de la película fueran destruidas. La productora Prana Films empezó a experimentar dificultades económicas, lo que le llevó a vender el filme a la Deutsch Films (que rodó escenas nuevas sin contar con el director, cambió también el montaje y hasta el propio título, Las doce horas).
El Nombre de “Nosferatu” se apunta que pudiera ser sugerida por Albin Grau a Murnau, puesto que en Serbia llaman “Nosferatu”, o sea “no muerto”, a los vampiros, en exacta correspondencia con los “Untote” de Alemania. Otros historiadores proponen que Nosferatu proviene del eslavo Nosofuratu, que deriva del griego Nosophoros, portador de plagas. Al parecer la confusión se generó cuando Emily Gerard empleó dicho término como sinónimo de vampiro en su novela La tierra más allá del bosque (1885).
La película que se rodó entre agosto y octubre de 1921 se define la película como una simplificación y reducción respecto a la novela y al mismo tiempo, una densificación del discurso fílmico. A diferencia de la novela (que esta hecha a base de diarios, cartas,… todo un rompecabezas) la película de Murnau opta por una realización más lineal. El discurso poético emerge de la narración, evolucionando con métodos compositivos musicales (como su título indica es “una sinfonía del horror”), pero con la música insistente del delirio.
En esos momento la película superó con creces a El Gabinete del Doctor Caligari (Das Kabinet des Dr. Caligari. Richard Wiene, 1920) y llega a ser el más grande film fantástico de la pantalla teutona. Dando a entender la importancia que tiene en Alemania el misterio, la angustia, lo macabro y lo sobrenatural. Se nutría su cultura popular con sus brujas y sus poderes maléficos, sus monstruos enloquecedores.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Escribir con la luz: Otoño


"Algunas personas vivimos en otoño, pero siempre, en algún rincón de nuestro corazón, deseamos el alegre regreso de las golondrinas"
Pedro A. Carpena (mi padre)
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