miércoles, 24 de agosto de 2011

'El esplendor y éxtasis. Historia del cine americano 2 (1930-1960)' de Javier Coma

Historias de cine hay cientos, solo hace falta pasarse por alguna librería de cualquier ciudad para encontrar el consabido tomo que intenta ilustrar en el fantástico mundo del celuloide. Hay tal cantidad, que el ruido que generan es a veces insoportable; miles de árboles han dado su vida para ilustrar el mundo cinematográfico, y muchos de ellos sin ninguna voluntad de trascendencia. En las universidades nos dan ejemplos para poder sumergirnos en la maraña de páginas tintadas, por supuesto el libro 'Historias del Cine' de Román Gubern es el más repetido por todos ellos, pero hay algunos más, cómo es el caso del libro con el mismo nombre de David Parkinson o la colección de 'Historia General del Cine' de la editorial Cátedra. Todas ellas tienen un amplio apartado a la cinematografía norteamericana, el llamado muchas veces el cine de Hollywood, al ser el máximo exponente de una industria que dio y esta dando las obras más conocidas dentro del mercado internacional.

La historia del cine americano es compleja, llena de nombres y relaciones entre los principales elementos que la componen, no es fácil entrar en el mundo de la industria del celuloide pensando que todo es arte y voluntad de hacer una obra duradera y sobresaliente, “don dinero” manda en toda fábrica y en ésta es el baluarte a seguir. Por todo ello el arte y el dólar se mezclan, se retroalimentan y dan a luz una serie de genios y sobresalientes filmes, pero todo tiene su cara oscura y aquí también existen callejones donde la gente, cual cementerio de elefantes, entierran sus cuerpos y almas al mejor postor. La época más dulce, la que nos lleva desde 1930 a 1960, es un tiempo de afianzamiento y de deslumbre de flashes y glamour, es cuando el cine de Hollywood se puede escribir por casi todo el globo terráqueo con inmensas luces de neón. Tiempo de películas, tiempo de nombres imperecederos, tiempo de fábricas de bobinas enlatadas, momentos de sueños dionisíacos para los espectadores. El opio del pueblo llegaba desde la calurosa California y haría cualquier cosa para seguir dedicándonos sus exquisitos manjares, pasara lo que pasara.

Javier Coma Sanpere (Barcelona, 1939) es un destacado historiador y divulgador de la historia popular norteamericana en lengua castellana y catalana. Tiene en su haber más de una treintena de libros, sobre todo en lo relativo al cine, la novela negra, el jazz o los cómics. En sus primeros escritos hay un acercamiento al mundo secuencial, de la mano de obras como Historia de los Comics (1983), Els comics tal com eren (1984) o Los cómics en Hollywood, junto a Román Gubern (1988). Desde 1992 sus libros se dedicarán fundamentalmente a analizar el cine clásico estadounidense, con obras como una serie de diccionarios temáticos, western (1992), el cine de aventuras (1994), el cine bélico (2000), la caza de brujas (2005) y una serie de análisis de películas concretas para la colección Dirigido por.

Para Comas el convencionalismo de la cultura europea, que en muchos momentos ha sido incapaz de reconocer la dignidad de las nuevas y populares formas de expresión (cine, jazz, novela negra, cómic) ha sido un lastre por estar asentada la sociedad sobre un sistema de dominación puro de clases, casi estamental, en la que la cultura era patrimonio de unos pocos y no una verdadera cultura de masas.

En la tesis principal de El explendor y el éxtasis el autor quiere mostrar que la hegemonía del director en cuanto a autoría no es del todo al cien por cien. Hay que ver siempre las aportaciones individuales en cada uno de los campos de la industria cinematográfica de Hollywood y su arte. No solo los directores subvalorados sino también todos aquellos profesionales de otros sectores. Todos ellos eran auténticos cineastas y así Coma reelabora el concepto de autoría. La "política de los autores" baziniana, donde una película valía lo que valía el que la rodaba, y el éxito del filme no se debía a la suma de diversos elementos sino que dependía de la personalidad del único que mandaba, queda en el libro un tanto desdibujada ya que el talento cotizado es para cada uno de los integrantes en el proyecto y no solo recae en la cabeza totémica del director firmante. Así se extrae el punto fundamental: el esplendor de la industria conseguido por culpa del trabajo en común, en equipo, pero sin olvidar que la toma de decisiones sí que era faena del director y/o de las grandes compañías. Otras consideraciones que hace Coma es que para él, las obras que nos han llegado de las primeras tres épocas del sonoro mantienen una vigorosa estética, muestra de un éxtasis hoy muchas veces perdido frente a la supremacía del efecto especial sobre la historia y la imaginación.

En algunos de los capítulos del libro se tratan aspectos humanos de la industria como son: los guionistas, los productores, los directores de arte, los maquilladores, los directores de fotografía, los músicos,… y además otras acepciones como la autocensura y la caza de brujas que estuvo sobrevolando los estudios de Hollywood en esa época, los géneros, los dibujos animados. Todo ello presentado desde una figura primordial hasta llegar a los trabajadores más especializados.

La utilización de las fuentes por parte del autor no queda del todo bien explicada. Explica que dado el poco número de páginas que ha tenido para realizar el volumen (que me hace preguntarme si antes de empezar el trabajo ya tenía acotado la grandaria del escrito y no ha podido extenderse en ningún punto lo necesario para poder explicar del todo bien su contenido) no ha podido especificar qué obra específica ha seguido para cada uno de los puntos. Así al final del libro hay una bibliografía bastante larga de libros que ha consultado con el añadido de otros de interesante lectura. Al no separar unos de los otros, el lector no sabe precisamente el que ha utilizado de verdad el autor.

Los datos presentados son un número demasiado numeroso para poder captar lo que quiere decirnos el autor. Hay páginas y páginas de nombres de películas y personal de cada sección. Hecho que hace que no retengas apenas nada, ya que sólo con el mísero título no puedes hacerte una idea de la importancia del film en cuestión. Redunda a menudo más en los nombres que con las explicaciones y eso hace alejarte irremediablemente del texto.
El libro se organiza de manera un tanto especial. Al principio hay unas páginas dedicadas a los años que posteriormente explicará. Son datos de producciones, de éxitos y de fracasos significativos. Seguro que Comas quería poner al lector en situación, que se sumergiera en los maravillosos años del espectáculo cinematográfico. Pero otra vez adolece el texto de demasiada información por tan poco espacio y al final hace una lectura aburrida. Los siguientes capítulos son más llevaderos, ya que de la mano de las más conocidas firmas del cine americano nos sumerge en cada uno de los sectores y es más efectivo (pero siempre con infinidad de nombres y títulos, eso no lo deja en ningún momento y parece como si fuera su modus operandi en todo el texto).

El lenguaje utilizado es claro, conciso, pulcro, y siempre del todo legible. De forma fácil y nada técnica te sumerge en las claves de la industria. Se nota que el escritor sabe de lo que habla, pero sin estridencias ni tampoco hace falta un diccionario a nuestro lado para seguir cada una de los apartados confeccionados. Es una de las cosas que hace falta resaltar, el carácter más pedagógico y no tan pedante en el escrito. Nos descubre que sabe de lo que habla pero no de forma críptica como muchos otros.

La aportación de la obra al conocimiento en términos del tema y de la metodología aplicada ha sido bastante poca. Parece que el libro es un “quiero y no puedo (o no me han dejado)”, ya que los conocimientos que aportan son mínimos respecto a otros libros de la misma naturaleza. Es una lástima ya que si hubiera tenido muchas más páginas para poder explicar en profundidad cada uno de los temas (que por su separación los hace más atractivos) habría podido ser una obra de referencia ya que los conocimientos del autor son realmente altos.

Los aciertos de El esplendor y el éxtasis son: la tesis originaria, donde la industria norteamericana se vuelve otra vez fábrica de sueños y no tanto nombres deslumbrantes; el lenguaje utilizado, para un no iniciado es del todo fácil de seguir; y la estructura de la obra, con los capítulos en franca separación por apartados y el descubrimiento de multitud de matices en cada uno de ellos. El aspecto negativo de la obra es lo que ya se ha citado con anterioridad, que es demasiado corto con la cantidad ingente de información y ello hace que te distancies un poco de la lectura ya que el bombardeo masivo de nombres es a veces claustrofóbico.

A quien lea esta obra, primero que se lea otro título del mismo tema, que pueda ver algunas de las películas que se nombran y que tenga una base un poco más sólida ya que a la hora de conocer personajes que pululan por sus páginas hace falta saber de quien se trata para ubicarlo en el mundo hollywoodiense. Una pena ya que Coma es uno de los grandes divulgadores de la cultura americana y sus libros son a menudo pequeñas joyas para disfrutar, pero ésta más que joya de muchos quilates llega solo a bisutería.

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