Pero todo tiene que acabar, pasar de fase y descubrir que el mundo de los fotogramas era un poco más que lo pensado anteriormente. Ese momento esta grabado a fuego en mi mente; allá por los últimos años del siglo pasado (snifff, cómo pasa el tiempo!!!) me encontraba yo entre los participantes de un cine-fórum dedicado a F.W. Murnau, el menú de ese par de noches era el visionado de 'El último', de 'Amanecer' y luego un coloquio para cada uno de los filmes (que se alargó hasta cerca de las cinco de la mañana en cada sesión). Yo poco sabía de ese director alemán, algo de una película de vampiros, algo de cine mudo,… pero poca cosa más. La impresión que tuve en esas horas fue de momento de epifanía, como si un ser superior abriera mi pobre mente descarriada allí presente. Disfrute cada momento, me emocioné, reí, lloré; me enamoré de Jannings, de Gaynor o de O´Brien, pero sobre todo de Murnau.
Lo siguiente fue ver una vez detrás de otra todas las películas que pude encontrar del mago alemán. Con los años, por suerte, las ediciones de sus películas se han ido distribuyendo en el Estado Español y he saboreado todo tipo de sensaciones con su arte. Un nuevo mundo había entrado en mi interior, y lo mejor era que se había instalado para no irse nunca más. Descubrí que Murnau era un artista total, que se encargaba de la dirección pero también estaba pendiente de todos los aspectos técnicos de la imagen de sus películas; no se sabe muy bien si los logros de sus filmes son culpa de los que trabajaron a sus órdenes o del propio director, pero daba igual ya que el resultado estaba allí. Es su figura más cercana al “director artesano” de años antes, que del “director que delega” que estaba de cada vez más extendido en su época.
Si hay un “cielo cinematrográfico personal sobre directores”, habría un montón de ángeles (Siodmak, Mann, Ray, Tourneur, De Sica, Truffaut, Bergman,…), con los Doce Apóstoles (Ford, Wilder, Lang, Hitchcock, Capra, Hawks, Sirk, Eisenstein, Ozu, Renoir, Chaplin, Fellini)… y ¿dónde se coloca la figura de Murnau?... Murnau es DIOS.
Lo siguiente fue ver una vez detrás de otra todas las películas que pude encontrar del mago alemán. Con los años, por suerte, las ediciones de sus películas se han ido distribuyendo en el Estado Español y he saboreado todo tipo de sensaciones con su arte. Un nuevo mundo había entrado en mi interior, y lo mejor era que se había instalado para no irse nunca más. Descubrí que Murnau era un artista total, que se encargaba de la dirección pero también estaba pendiente de todos los aspectos técnicos de la imagen de sus películas; no se sabe muy bien si los logros de sus filmes son culpa de los que trabajaron a sus órdenes o del propio director, pero daba igual ya que el resultado estaba allí. Es su figura más cercana al “director artesano” de años antes, que del “director que delega” que estaba de cada vez más extendido en su época.
Si hay un “cielo cinematrográfico personal sobre directores”, habría un montón de ángeles (Siodmak, Mann, Ray, Tourneur, De Sica, Truffaut, Bergman,…), con los Doce Apóstoles (Ford, Wilder, Lang, Hitchcock, Capra, Hawks, Sirk, Eisenstein, Ozu, Renoir, Chaplin, Fellini)… y ¿dónde se coloca la figura de Murnau?... Murnau es DIOS.
Biografía de F.W. Murnau
Nacido Friedrich Wilhelm Plumpe, el 28 de diciembre de 1888 en Bielefeld, Alemania. Murnau era el hijo de Heinrich Plumpe, un fabricante textil, y su segunda esposa, Otilie. Adoptó el nombre artístico de "Murnau" de joven, tanto como un intento de ocultar sus ambiciones teatrales a su padre y en homenaje a la ciudad de su niñez, Murnau. La ciudad de Murnau era un refugio creativo de algunos de las más notables figuras expresionistas período, incluyendo Wassily Kandinsky, Franz Marc, y otros relacionados con el 'Blaue Reiter' ('El Jinete Azul'). En esa localidad de Baviera el joven Friedrich pasó una temporada como invitado en la casa de un amigo.
Desde pequeño ya le interesó todo tipo de artes. En 1907, Murnau fue a la Universidad de Berlín para estudiar filología. A pesar de que tenía la intención de convertirse en maestro, sus aspiraciones cambió cuando conoció al poeta expresionista Hans-Ehrenbaun Degele, con quien desarrolló una intensa amistad. Después de Berlín fue a la Universidad de Heidelberg, para ampliar sus estudios. Desde 1909 hasta 1913 fue uno de los más activos estudiantes de teatro. Durante este período llamó la atención del reconocido empresario Max Reinhardt, quien lo invitó a regresar a Berlín para reunirse con su compañía de teatro Deutsches. Reinhardt, fue mentor de una serie de importantes figuras del cine austríaco y alemán de la época.
En 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial en Europa, Murnau pasa a ser voluntario del ejército alemán. Sirvió en el Frente Oriental y como piloto de combate en la Luftwaffe. Sobrevivió a ocho accidentes de avión sin sufrir lesiones graves, así como el internamiento en 1917 en un campo en Suiza, durante la cual escribió el guión de su primera película. Al término de la guerra Murnau volvió a Berlín y reanudó sus trabajos anteriores.
En 1919 fundó una compañía independiente, la Murnau-Veidt Filmgesellchatt, junto a con Conrad Veidt, actor alemán más conocido por su papel protagonista en 'El Gabinete del Dr. Caligari' ('Das Kabinet des Dr. Caligari'. Robert Wiene, 1920). Ese mismo año, Murnau hizo su primera película, 'Knabe en Der Blau'. Como fue el caso de muchas películas mudas, fue filmada en nitrato de plata, película muy inflamable y responsable de la decadencia final o no-existencia de la mayoría de las obras de la época silente.
En 1922 estrena 'Nosferatu, una sinfonía del horror' ('Nosferatu, Ein Symphonie des Grauens' 1922). El film es una adaptación no autorizada de la novela 'Drácula' de Bram Stoker, de ahí el título diferente y algún que otro cambio de personajes, la viuda de Stoker demandó a la productor de la película y casi acabó con la existencia del film. La película tuvo por culpa del juicio de Stoker una distribución casi nula. Sin embargo los avances de Murnau y su fotógrafo Fritz Arno Wagner prepararon el camino hacia otra obra maestra, mitad expresionista, mitad Kammerspielfilm; 'El último' ('Der letzte mann'), estrenada en 1924. Cabe destacar el maravilloso trabajo de uno de los más grandes actores de la historia del cine alemán, y mundial, Emmil Jannings. Gracias también en parte por el trabajo del fotógrafo del film, Karl Freund, Murnau es ampliamente reconocido como uno de los padres de la puesta en escena.
Se mantuvo en la pantalla de Alemania el tiempo suficiente para adaptar a Moliere en 'Tartufo' ('Herr Tartüff', 1925), y a Goethe y su 'Fausto' ('Faust, Eine deutsche Volkssage', 1926). En 1927 se le ofreció un contrato de cuatro años en Hollywood. En los Estados Unidos, 'Amanecer' ('Sunrise') fue su debut en 1927 para la Fox. Fue un film de mucho éxito de crítica, y en los primeros Premios de la Academia del Cine recibió tres premios (Mejor actriz, fotografía y calidad artística de producción); pero comercialmente fue un auténtico fracaso. Como resultado de ello, Fox recortó los presupuestos de sus futuros proyectos 'Los cuatro diablos' ('Four devils', 1929) y 'El pan nuestro de cada día' ('City Girl', 1930). Murnau rompió su contrato y comenzó a colaborar con el realizador de documentales Robert Joseph Flaherty en la película 'Tabú' (1931). Filmada enteramente en Tahití, 'Tabu' era el ambicioso cuento de hadas dos jóvenes amantes indígenas condenados a su suerte por las limitaciones de la tribu. A pesar de que Flaherty, al igual que el director alemán, fue una iconoclasta figura que se encontraba fuera de lugar en medio de la ostentación y el glamour de Hollywood, los dos directores también estuvieron en conflicto entre sí a lo largo de la duración del proyecto, aunque Tabú fue etiquetado como una producción Murnau-Flaherty, Flaherty se retiró de la película antes de su conclusión.
El 11 de marzo de 1931, Murnau murió de accidente de tráfico en California. Faltaba tan sólo una semana para el estreno de 'Tabú'. En todas las biografías del director alemán, se ha dicho que fue culpa de una maldición que le cayó en el rodaje de Tabú cuando movió una serie de piedras sagradas. Murnau contaba tan solo 42 años en el momento de su muerte, quien sabe lo que podría haber hecho en los siguientes años si un fatídico chofer no se hubiera salido en las sinuosas carreteras californianas.
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